No todos somos artistas, pero sí podemos ser diseñadores. Crear los espacios reales en los que vivimos y espacios virtuales en nuestros ordenadores, teléfonos o tabletas. Gracias a herramientas digitales como apps o plantillas prediseñadas es posible diseñar contenidos audiovisuales profesionales para el trabajo o el ocio, mientras que el interiorismo es muy fácil con plataformas tecnológicas que personalizan a gusto del huésped la habitación de un hotel, como el proyecto Shine de la cadena Eurostars, o los planificadores de diseño de cocinas, sofás, almacenaje u oficinas de Ikea.
A la personalización se une la ventaja del ahorro de costes. No es necesario contratar a un diseñador gráfico o un editor de video. Generalmente bajo la fórmula freemium (gratuidad de la herramienta y pago de una cuota para obtener servicios Premium) muchas empresas ofrecen en internet alternativas de factura profesional pero sencillas de usar para crear contenidos con los que nutrir un blog, una web de empresa o realizar presentaciones. Bien mediante plantillas en blanco que completamos con datos e imágenes propias, bien adaptando el texto, las fotos y los colores de diseños sencillos ya preparados, en solo unos minutos es posible obtener publicaciones únicas y diferenciadoras. Si el contenido es el rey, disponer de un sastre para él ya no nos costará un reino.
Foto de Glenn Carstens-Peters