Bien porque descargarlas en el móvil cuesta casi mil dólares o porque es necesario demostrar unos ingresos millonarios para ser admitido como usuario, existen apps que no encabezarán jamás el listado de las más descargadas. I´m Rich y sus imitaciones, para compartir fotos de productos de lujo, o aquellas (Most Expensive App, Certify Yourself As Rich) en las que se pagan 300 dólares por descargar la foto de un diamante en el salvapantallas se dirigen a los adictos al juego de las apariencias. Más útiles son las que aseguran ofrecer servicios exclusivos, como iVIP Black, aunque es necesario acreditar un patrimonio de un millón de libras. Nuestra favorita, Rich Kids, una red social de fotografías en la que presumir de viajes, coches y bolsos de lujo por una módica cuota mensual. Lujos aparte, otras apps solo para unos pocos son las que ofrecen una herramienta extraespecializada, desde VueCAD para ingenieros, Atlas de las Operaciones Quirúrgicas de Zollinger, o CyberTuner, que ayuda a afinar pianos. Cuestan entre 300 y 900 dólares, pero ofrecen algo a cambio.
Foto de Igor Ovsyannykov